A nivel global, 5.4 millones de personas viven con VIH sin saberlo, lo cual dificulta el inicio temprano del tratamiento e incrementa el riesgo de transmisión.
En el marco del Día de la Prueba de VIH, se conmemoran 40 años desde el lanzamiento de la primera prueba de Abbott para el diagnóstico de VIH.
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) continúa siendo uno de los mayores desafíos para la salud pública a nivel mundial. Desde su identificación en la década de 1980, más de 88,4 millones de personas han sido infectadas. Además, según el más reciente informe de ONUSIDA, en 2023, se estimó que 39,9 millones de personas vivían con VIH en el mundo. Ese mismo año, 630.000 personas fallecieron debido a enfermedades relacionadas con el virus, lo que equivale a una muerte cada minuto.
En Colombia, el panorama es similar: según datos de la Cuenta de Alto Costo, a enero de 2024, se reportó que más de 185.000 personas viven con VIH en el país, en su mayoría son hombres entre los 25 y 39 años, concentrados mayormente en Bogotá, Atlántico, Antioquia y Valle del Cauca. Adicionalmente, entre febrero del 2023 y enero del 2024, se registró un incremento del 12,4 % en el número de casos prevalentes.
Lo anterior evidencia que, pese a los avances, aún persisten retos para contener la pandemia. De hecho, a nivel global, más de 9 millones de personas no acceden a tratamiento antirretroviral (TAR), y cerca de 5,4 millones viven con el virus sin saberlo. Esto se debe, en parte, a que el VIH puede permanecer asintomático durante años, lo que dificulta su detección y atención temprana. Como consecuencia, muchas personas continúan transmitiendo el virus sin saberlo.
Por ello, en el Día Mundial de la Prueba de VIH y en conmemoración de los 40 años desde el lanzamiento de la primera prueba por parte de Abbott para el diagnóstico de esta condición, el Dr. Guillermo Orjuela, director del Área Médica de la línea de Transfusión de Abbott, hace un llamado a fortalecer las estrategias de diagnóstico y de pedagogía para mejorar la respuesta frente al VIH.
¿Cómo avanzar hacia una respuesta más eficaz frente al VIH?
Identificar a tiempo los factores de riesgo y fomentar el acceso a pruebas de detección hace posible actuar de manera oportuna frente a la enfermedad. Asimismo, esto permite mejorar el pronóstico de las personas que viven con VIH y contribuye a reducir la cadena de transmisión del virus.
“Conocer el estado serológico a tiempo puede marcar la diferencia entre llevar una vida saludable o enfrentar complicaciones. Esto cobra especial importancia si se ha estado expuesto a factores de riesgo, como haber tenido relaciones sexuales sin preservativo, compartir agujas o jeringas o haber recibido transfusiones de sangre no seguras. También hay riesgo si fluidos como sangre, semen o secreciones vaginales de una persona con VIH entran en el cuerpo a través de heridas, cortes o durante relaciones sexuales sin protección.” señaló el Dr. Orjuela.
Ante este escenario, las pruebas de detección rápida se han posicionado como herramientas confiables para acceder al diagnóstico oportuno en etapas tempranas de la enfermedad, lo cual es clave considerando que aproximadamente un tercio de las personas reciben un diagnóstico tardío del virus.
Meta global 95-95-95
La ONUSIDA trazó la meta global 95-95-95, la cual busca que el 95 % de las personas con VIH conozcan su diagnóstico, el 95 % de ellas accedan al tratamiento, y el 95 % de quienes lo reciben logren suprimir su carga viral. Para alcanzar este objetivo, es clave implementar medidas que incluyan reforzar la educación sexual, eliminar estigmas y barreras de acceso, y ampliar la disponibilidad de pruebas diagnósticas.
Al respecto, Abbott, compañía pionera en el desarrollo de la primera prueba de VIH del mundo, capaz de detectar la respuesta inmunológica frente al virus, reafirma su compromiso en la prevención de pandemias a partir de la colaboración con diferentes actores globales y resalta la importancia de la innovación y tecnologías de diagnóstico como eje fundamental para alcanzar la meta global.
Esta innovación marcó un punto de inflexión en la lucha contra la epidemia, al permitir la detección confiable de la infección y mejorar significativamente la seguridad de las transfusiones sanguíneas, ya que los bancos de sangre pudieron detectar y descartar las unidades infectadas. “Esta prueba sentó las bases para el desarrollo de tecnologías diagnósticas modernas, que hoy permiten incluso identificar nuevas variantes del virus como lo hemos logrado a través de nuestra Coalición de Defensa Contra Pandemias de Abbott”, indicó el experto.
“Cuatro décadas después del lanzamiento de nuestra primera prueba de VIH, no se puede olvidar que el virus sigue siendo una realidad. Por ello, las acciones de prevención y la detección temprana son fundamentales para salvar vidas y frenar la expansión de la pandemia. Por esa razón, hoy más que nunca, se necesita de la innovación y la ciencia para mitigar el impacto del VIH”, concluyó Orjuela.
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