En esta nueva etapa, Mon Laferte toma las máquinas y hace suyas bases rítmicas y samples para crear una canción que habla del juicio social y el autovalor. “Podría asegurar que todas las personas hemos sido juzgadas por prejuicios, alguna vez”, dice sobre el origen de su nueva canción, que suena a trip hop con corazón latino.
El mundo ya conoció de forma inesperada “Te juro que volveré”, una cumbia rebajada que cuenta una historia real de la vida de la artista y hoy es el turno de “Tenochtitlán”, el primer single oficial del nuevo álbum de Mon Laferte, el sucesor de 1940 Carmen (Universal, 2021).
“Tenochtitlán” nace a partir de tres conceptos clave: el valor propio, el juicio social y la reinvención. Un relato en el que aparecen quienes señalan, pero también aquellos que nos acompañan y ayudan a sanar. “La canción va de cómo yo me he llegado a sentir. Podría asegurar que todas las personas hemos sido juzgadas por prejuicios, alguna vez”, dice Mon.
A nivel de composición y producción, en “Tenochtitlán” se erigen los sonidos electrónicos, con referencias al trip-hop que han sido parte de la música de Mon Laferte en otros momentos, pero con un giro: de pronto aparecen sonidos propios del mariachi y el bolero.
El lanzamiento se acompaña del videoclip dirigido por la realizadora audiovisual chilena Camila Grandi. La directora cuenta que entre las referencias visuales estuvieron la película “La pasión de Cristo” y las fotografías de la artista mexicana Graciela Iturbide. “Me pareció muy interesante poder cruzar referencias de la cultura mexicana y la religión católica en este video. Investigué mucho sobre las Muxe y aquí ellas son las que preparan a Mon para su muerte. Son también quienes están con ella en todo el proceso de juicio, son ellas quienes la cobijan”, explica.
Y la presentación de “Tenochtitlán” se completa con su portada, una pintura realizada por el artista visual chiapaneco, Fabián Cháirez, cuyas obras a lo largo del tiempo se han caracterizado por cuestionar los espacios de poder, las hegemonías y la tradición.
Mon Laferte define esta nueva etapa musical como una mucho más reflexiva que las anteriores, en la que se sumergió en diferentes sonidos y herramientas, volviendo incluso a aquella esencia más alternativa de sus primeros años, cuando editaba sus discos de manera independiente. “Me encantó este nuevo trabajo creativo. Quería probar cosas diferentes a los álbumes anteriores. Estoy muy emocionada, yo siento que es mi mejor disco hasta ahora”.
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