El compostaje se ha convertido en una herramienta clave para mitigar los efectos de la contaminación y promover la sostenibilidad en Colombia. Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, los residuos sólidos orgánicos constituyen alrededor del 60% de la basura que se genera en el país. Solo un pequeño porcentaje de estos residuos se aprovechan adecuadamente a través del compostaje, lo que significa que la mayoría termina en rellenos sanitarios, contribuyendo a la emisión de gases de efecto invernadero y a la contaminación del suelo y del agua.
En este contexto, el proyecto de compostaje implementado por el centro comercial Parque Arboleda en Pereira se destaca como una iniciativa ejemplar en la región. Desde su inicio, este programa ha logrado procesar 58 toneladas de residuos orgánicos, evitando que 2000 kilos de estos materiales lleguen mensualmente al relleno sanitario La Glorita.
Tatiana Corrales, Center Manager de Parque Arboleda, subrayó la importancia de este proyecto para la región: "El compostaje no solo reduce la cantidad de residuos que terminan en los vertederos, sino que también transforma esos residuos en abono útil para la agricultura, apoyando la economía circular y contribuyendo a la sostenibilidad del medio ambiente".
A nivel nacional, la contaminación por residuos sólidos es un desafío significativo. En ciudades como Bogotá y Medellín, los rellenos sanitarios están al borde de su capacidad, lo que subraya la necesidad urgente de implementar más programas de compostaje y reciclaje. De acuerdo con un informe del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), en Colombia se generan alrededor de 12 millones de toneladas de residuos sólidos al año, de los cuales solo el 17% se recicla.
La iniciativa de compostaje de Parque Arboleda, en colaboración con instituciones locales como la Universidad Tecnológica de Pereira, no solo ayuda a aliviar la presión sobre los rellenos sanitarios, sino que también promueve la educación ambiental y la responsabilidad social entre empresas y comunidades. "Nuestro objetivo es que esta práctica se extienda a más empresas y hogares en la región, para que todos podamos contribuir a un futuro más limpio y sostenible," añadió Corrales.
Este tipo de proyectos son fundamentales para enfrentar los retos ambientales que enfrenta la región y el país, demostrando que la colaboración entre el sector privado y las instituciones educativas puede generar un impacto positivo y duradero en el medio ambiente.
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