El título de la canción es un diminutivo a los canarios domésticos, es un pop urbano suave complementado con elementos rítmicos de percusiones africanas y trap. Tiene una sonoridad con mucha espacialidad y sampleo de cantos de aves a lo largo del tema
La letra está basada en el dolor que sentimos al perder a un ser amado y el proceso del duelo que esto conlleva, el cual, muchas veces, no es lineal. Se desarrolla desde una postura que se aferra al pasado.
El video fue grabado en el Santuario de fauna y flora los Flamencos, un terreno de lagunas costeras regadas por arroyos entre el mar caribe y el bosque seco de la Guajira, siendo un refugio y zona de abastecimiento para las aves que le dan su nombre.
Los flamencos están presentes en la caratula y el videolyric representando la impermanencia de todo en la vida. En ocasiones se nos olvida que nada nos pertenece y queremos apropiarnos de cosas o personas, es como si viéramos canarios enjaulados en lugar de flamencos salvajes, una distorsión de la realidad que vivimos.
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