- En los últimos 5 años la compañía ha co-procesado cerca de 15.000 kilogramos de residuos orgánicos con el apoyo de gestores de residuos aprovechables.
En línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible #12 de la ONU, centrado en la producción y el consumo responsable y la iniciativa empresarial colectiva de la Asociación Nacional de Industriales – ANDI- (Visión 30/30), que impulsa la transición de Colombia hacia una economía circular, Alimentos Polar Colombia ha enfocado sus esfuerzos en migrar sus empaques primarios a estructuras monomateriales con el fin de facilitar la reciclabilidad posterior a su uso.
“El reto de garantizar la inocuidad de los productos y ser responsables con el medio ambiente al comercializarlos en empaques reciclables, da cuenta del compromiso de Alimentos Polar Colombia con el fortalecimiento de un sector productivo transformador e innovador que aporta al cuidado del planeta”, expresa Elizabeth Castañeda, gerente técnico de Alimentos Polar Colombia.
Para lograrlo, la empresa asumió incrementos en costos de sus empaques primarios para llegar a estructuras monomateriales en algunas de sus referencias de harinas precocidas de maíz y avenas para garantizar el peso neto adecuado, sellados, codificación y buenas prácticas de embalaje, entre otros, que garantizan que los productos sean de la más alta calidad, cumpliendo las exigencias normativas y satisfaciendo las necesidades de las familias colombianas.
Paralelamente trabaja en la reducción de peso y tamaños de los empaques y en la investigación de alternativas para la reducción del porcentaje de plástico en las estructuras de empaque primario, reemplazándolas por compuestos como el carbonato de calcio.
La compañía también explora la inclusión de Plástico Reciclado Post Consumo (PCR) en empaques secundarios como fardos y bolsas de embalaje, que no están en contacto directo con el producto, con el objetivo de reducir el uso de plástico virgen y contribuir con una economía circular.
En ese sentido y como se señaló, Alimentos Polar Colombia se sumó a Visión 30/30, la iniciativa empresarial colectiva de la ANDI que además de impulsar la transición de Colombia hacia una economía circular, busca también el objetivo de lograr el aprovechamiento de al menos el 30% al año 2030 del material utilizado en envases y empaques, por medio de la gestión ambiental con acciones de reciclaje, reúso, reducción y transformación de los materiales aprovechables en nuevos bienes.
Para la gerente de Visión 30/30 ANDI, Mónica Villegas, “la economía circular va más allá del aprovechamiento de residuos, impacta en los empleos y en la vida de la gente, por ejemplo, en la población de recicladores”, señala la gerente de Visión 30/30, quien también agrega, “la innovación es un componente fundamental en la economía circular, efectivamente la tecnología y las innovaciones pueden ser un aporte”.
“Como compañía de alimentos reconocemos y asumimos el compromiso que tenemos por delante para contribuir a un mejor planeta, participando activamente o liderando iniciativas que generen un impacto positivo al medio ambiente y promoviendo una cadena de valor sostenible”, concluye Elizabeth Castañeda.
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